El sector de la música ha cambiado radicalmente en los últimos años. En 2008 llegó un modelo completamente nuevo al mercado de la mano de Spotify: el streaming. Esta forma para escuchar música ha supuesto un antes y un después en la industria musical, y al día de hoy ya aporta la mayoría de los ingresos de la industria musical hasta convertirse en "la locomotora" que tira del sector, explica Javier Gayoso, director de Spotify España.
Spotify se ha convertido en un category killer y la plataforma ha pasado de ser un sitio de música de early adopters hasta llegar, gracias a las recomendaciones de boca en boca, al gran público que hoy tiene actualmente.
El streaming no solo es una práctica que se ha hecho cada vez más popular gracias a plataformas como Spotify, Deezer, Jango, iTunes, etc.; Emanuel Zunz, fundador de la plataforma ONErpm, afirmó no hace mucho en entrevista para "El Universal" que "en México, la piratería musical está disminuyendo gracias a estos sistemas de Streaming", pero esto es tan solo una parte de la verdad; la otra verdad, es que al mismo tiempo también se ha dejado de comprar música legal y ahora los artistas simplemente trabajan duro para hacer música que va a terminar de manera gratuita en los oídos de los streamers.
La venta de productos es cosa del pasado, ya que los consumidores optan cada vez más por los servicios de suscripción; la gente prefiere servicios sobre los productos. "Este es claramente el modelo de negocio del futuro", dijo el CEO de Zuora, Tien Tzuo.
La "economía de suscripción", un término acuñado por Tzuo, se refiere a las empresas que cobran por servicios en lugar de productos físicos. Este modelo de negocio enfatiza las relaciones a largo plazo con los clientes. Dado que un cliente infeliz puede simplemente cancelar su suscripción en cualquier momento, las empresas deben invertir en el servicio al cliente real y escuchar sus comentarios. Si lo hacen bien, pueden beneficiarse de los ingresos recurrentes y una base de clientes leales.
No sólo las compañías como Netflix, HBO o Spotify, que emplean el streaming de medios, usan el método del Subscription Economy. Empresas de servicio de transporte como Uber o Zipcar, optan cada vez más por unirse a esta nueva forma de satisfacción al cliente, en lugar de hacer pagos regulares en un automóvil, gasolina y el seguro de un automóvil.
"En períodos de recesión económica, la gente prefiere los negocios de suscripción", dijo Tzuo a CNBC. "¿Por qué gastar todo este dinero por adelantado para comprar un producto cuando se puede simplemente pagar un servicio para obtener lo que necesita y luego apagarlo cuando no lo necesite?"
En este sentido la relación música-oyente está cambiando y la música ha dejado de ser un producto tangible y se ha convertido en un intangible que vive por inercia gratuita en el espacio de los millennials, los nuevos consumidores, quienes así como no conciben que hubiese existido un mundo sin internet, tampoco conciben un mundo donde hubiera que pagar por la música.
Es un gran reto y un momento delicado para quienes hacen la música, y también es un momento interesante para que los involucrados en el negocio del entretenimiento replanteen su modelo, y las marcas exploren esta nueva inter-conexión, generando nuevos puntos de contacto para hablar con sus consumidores.
